El procedimiento tiene una duración aproximada de 2 h. La sensación durante la realización del tratamiento puede llegar a ser un poco incomoda, especialmente en las zonas más sensibles, pero finalmente el resultado lo compensa.
La duración de la micropigmentación es de aproximadamente entre 2 y 3 años, pero puede variar, en función de la velocidad de regeneración de cada cliente. La pérdida del pigmento ocurre de forma progresiva, por lo que el tratamiento se irá difuminando con el paso del tiempo.